dilluns, 16 de gener del 2017

Falsos mitos



Entre los fotógrafos de aves, el uso de comederos y (quizás menos frecuentemente) bebederos es muy frecuente, dadas las posibilidades que ofrece de buena variedad de especies, en buenos números y sin un aparente gran esfuerzo, aunque a menudo solo aparente.
Sin embargo, es fácil oir ciertas creencias que se repiten, y que no siempre son ciertas. Así que en esa entrada pretendemos dar a conocer los errores con los que los autores más nos hemos encontrado al hablar sobre comederos y bebederos:


Los bebederos no funcionan en invierno

Falso! Los bebederos no dejan de funcionar en invierno. En el nuestro, en días de heladas, no es difícil ver a las aves bebiendo de un agujero en el hielo.
Más allá de la obtención de agua para beber, la limpieza y cuidado del plumaje es para las aves una importante actividad a la que dedican buena parte de su tiempo, y es por eso que el baño forma parte también de su rutina diaria.

Es posible encontrarnos ante el caso que la asistencia de aves disminuya en invierno, pero entonces lo más probable es que no hayamos elegido la mejor ubicación para el bebedero. Si existen charcas temporales, secas en verano pero llenas en otras épocas del año, próximas a nuestra localización, y no encontramos ningún método efectivo para crear una preferencia por nuestro bebedero (facilitando el acceso, la visibilidad ante depredadores, etc.) es probable que las visitas se vean reducidas.

Marc ha estado realizando un seguimiento regular (mediante cámara de fototrampeo) cada 2 días en el bebedero al largo de un año, derivando de éste un estudio de los factores influyentes en la presencia de aves. Una de las cosas que queda demostrada es la falta de relación entre la asistencia y la temperatura, pero una clara proporcionalidad inversa entre la precipitación (= disponibilidad de agua) y la presencia de pájaros.

Por lo tanto, la estación del año en que nos encontramos no deberá influir en el número de visitantes de nuestro bebedero excepto si hemos elegido un mal lugar para él. No todo es tan sencillo como parece a primera vista!!


 Una
 fotografía de hace pocos días, frío y heladas, pero ellos siguen presentándose.


Más variedad de comida = más especies

Esa afirmación es cierta... hasta un cierto punto. Lo más importante para un comedero no es la variedad de comida si no la variedad de hábitats a su alrededor. En nuestro caso, contamos con una zona de trozos de bosque mediterráneo (con pinos y encinas, y algunos pocos robles) combinados con campos, lo que ofrece un número relativamente restringido de especies. Cuánta más sea la variedad de hábitats que se combinan alrededor del comedero, más aumentará el número de especies. 

Está claro que no todas las especies pueden comer de todo, y que una cierta variedad sí que debemos proporcionar, pero hay que tener en cuenta que en invierno la mayor parte de las especies adaptan su dieta y se vuelven mucho menos selectivas. 

Para ilustrarlo, un pequeño experimento realizado por Guillem. Fuera de nuestro comedero, en un pequeño huerto urbano, se ha instalado un punto de alimentación basado en cacahuetes. Se tiene tendencia a pensar que prácticamente solo son consumidos por carboneros y herrerillos, máximo algun arrendajo... pero, reducidos a trozos más pequeños y fácilmente ingeribles por especies de picos menos preparados, han servido de alimentación de gorrión molinero y común, curruca cabecinegra, colirrojo tizón, petirrojo, tórtola turca y jilguero, además de los obvios carboneros y herrerillos comunes. Prácticamente la totalidad de las especies del lugar!

La cosa se complica con los comederos también... habrá que hacer una observación detallada del hábitat circundante y las especies potenciales antes de su instalación! 


Los comederos en verano perjudican a las aves

Incorrecto! Aunque no les hacemos ningún mal dejando de proporcionar alimento durante la época de cría y de vuelo de los jóvenes (excepto si lo hacemos de forma demasiado súbita, dejandolos sin una fuente fiable de alimento de un día para otro), y si bien el comedero deja de darles esa ayuda que les supone durante los meses de mayor escasedad de alimento, no es realmente necesario tomar esa medida.
Aunque es cierto que la afluencia bajará (y más en la época de incubación y alimentación de los pollos), las necesidades de los progenitores los llevaran a proporcionar la alimentación correcta a sus pollos. 

En caso que pensemos que los padres alimentaran a los pollos completamente con nuestros aportes al comedero, provocando una falta de proteínas necesarias para su desarrollo, pensemos lo siguiente: ¿por qué un encuentro con una fuente natural de alimento abundante no provocaría lo mismo? La selección natural ya se ha ocupado de eso en nuestro lugar, así que no debemos sufrir por eso.

Como hemos comentado, sí que será patente una fuerte bajada de asistencia al comedero si seguimos con la comida invernal, precisamente, porque la utilizarán poco para alimentar a los pollos y a ellos mismos. En época de cría, la alimentación de muchas especies pasa a volverse parcialmente insectívora, y de forma intuitiva los progenitores rechazarán alimentos muy secos para ellos y su descendencia. Podemos ganar en asistencia aportando invertebrados, como las conocidas larvas del género Tenebrio.



En esa foto pueden apreciarse las crisálides que usamos en verano para atraer a progenitores en plena tarea de alimentación de los pollos, como este ruiseñor.


A partir del momento en que la mayoría de jóvenes vuelan del nido, antes de que realicen sus migraciones parciales en busca de nuevos territorios o nos dejen completamente (en caso de los estivales), es otro buen momento para el comedero. Las bocas se multiplican! 

Eso no deja de lado, de todos modos, que la gran época de los comederos sigue siendo el invierno, pero, en todo caso, no debemos dejar de disfrutar de nuestro comedero en otras épocas por riesgo a perjudicar a nuestros invitados.




Esperemos que os hayan sido de utilidad nuestros pequeños consejos, un saludo y muchas fotos!!




 

diumenge, 15 de gener del 2017

El invierno va dando sus frutos...

Algunas de las fotos que ha proporcionado recientemente la llegada del frío. Parece que esta semana llega una ola de frío siberiano, habrá que ir preparando las cámaras...



Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 
Autor : Marc Casas





Petirrojo Europeo (Erithacus rubecula)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 
Autor : Marc Casas






Tórtola turca (Streptortelia deaocto)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 
Autor : Marc Casas




Mirlo Europeo (Turdus merula)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 
Autor : Marc Casas




Carbonero común (Parus major)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS II
Autor : Guillem Saguer




Carbonero común (Parus major)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 
Autor : Marc Casas



Arrendajo (Garrulus glandarius)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 
Autor : Marc Casas






Mirlo Europeo (Turdus merula)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 


Autor : Marc Casas





Mirlo Europeo (Turdus merula)

CANON 70D + CANON EF 100-400 L IS 


Autor : Marc Casas




dimarts, 3 de gener del 2017

Recuento de aves en el bebedero 2016

En este post voy a enseñaros todas las aves que han acudido a beber este pasado año 2016.
Ha sido un año bastante flojo en la migración pretnupcial, la presencia de migrantes en esa época (abril - junio) ha sido poco relevante y no tenemos constancia de su asistencia al bebedero. No obstante, hemos tenido buena presencia de residentes y alguna sorpresita en el paso postnupcial (agosto-octubre).


Paloma torcaz                      Columba palumbus  

Tórtola turca                        Streptopelia decaocto  

Pito real                                Picus viridis  

Pico picapinos                     Dendrocopos major  

Lavandera blanca                Motacilla alba 

Lavandera cascadeña          Motacilla cinererea 

Petirrojo europeo                Erithacus rubecula  

Ruiseñor común                  Luscinia megarhynchos  

Colirrojo real                       Phoenicurus phoenicurus

Colirrojo tizón                     Phoenicurus ochruros  

Zorzal común                     Turdus philomelos  

Zorzal charlo                      Turdus viscivorus  

Mirlo común                       Turdus merula  

Curruca capirotada             Sylvia atricapilla  

Curruca cabecinegra          Sylvia melanocephala  

Mosquitero musical            Phylloscopus trochilus  

Mosquitero papialbo          Phylloscopus bonelli  

Mosquitero común             Phylloscopus collybita 

Chochín                             Troglodytes troglodytes  

Papamoscas gris               Muscicapa striata

Papamoscas cerrojillo      Ficedula hypoleuca  

Carbonero común             Parus major  

Herrerillo común              Cyanistes caeruleus 

Herrerillo capuchino         Lophophanes cristatus   

Urraca                               Pica pica 

Arrendajo                         Garrulus glandarius  

Estornino pinto                Sturnus vulgaris                                                    

Gorrión común                 Passer domesticus  

Gorrión molinero             Passer montanus  

Pinzón común                  Fringilla coelebs  

Jilguero                            Carduelis carduelis 

Verderón común              Chloris chloris  

Verdecillo                         Serinus serinus  

Escribano soteño             Emberiza cirlus

total: 34 espécies